Sobre el Tai Chi

El Tai Chi "太极" es considerado, entre otras cosas, un arte marcial chino de carácter interno y meditativo, con probados beneficios para la salud externa (cuerpo) e interna (mente). Se realiza mediante movimientos suaves, continuos, fluidos y lentos que se combinan con la respiración, la mirada y la concentración mental. Es denominado como el Gong Fu interno y hace cientos de años ya era practicado y conocido en china como “Mein Chuan” (puño de algodón).

La alquimia y la medicina tradicional china, la circulación del Qi (pronunciado Chi) "氣" por los meridianos, la filosofía taoísta, las teorías del Yin y el Yang y de los cinco elementos, o el I Ching (libro de las mutaciones), son algunas de las fuentes de las que se nutren la filosofía y los movimientos del Tai Chi. En el proverbio popular chino: “El practicante de Tai Chi obtiene la flexibilidad de un niño, la fuerza de un leñador y la sabiduría de un anciano” se resumen los beneficios derivados de este arte.

El Tai Ji (pronunciado Tai Chi) es representado por un circulo en cuyo interior existe una parte negra y otra blanca entrelazadas, separadas por una linea sinuosa y en las mismas proporciones. Este símbolo es conocido como el "Taijitu" o simplemente como el Yin-Yang. Tai Chi se compone de dos palabras representadas por los ideogramas: Tài "太", que se traduce como grande o supremo y Jí "极" , que significa energía. El ideograma Tài representa a un hombre, y un punto que indica el centro, concibiendo la idea de una persona centrada. El ideograma Jí se compone de dos caracteres : el de la izquierda representa a un árbol y el de la derecha simboliza el cielo y la tierra y una energía que se agita. Para la filosofía tradicional china, el Tai Chi es el principio generador de todas las cosas, surgido del estado de Wu ji o forma original y en él se forman el Yin y el Yang, polos opuestos pero complementarios de cuya interacción surgen todas las cosas del universo.

Ya en el I Ching "易經" se hace referencia a este concepto de dualidad y se dice: “Las mutaciones tienen un gran extremo, del que nacen los dos aspectos (el Yin y el Yang), de los que a su vez nacen cuatro figuras, de las que a su vez nacen los ocho trigramas que determinan lo favorable y lo desfavorable, y de las que nacen los acontecimientos humanos”. Igualmente se encuentran en el Dào Dé Jīng "道德經" (también llamado Tao Te King) mas referencias a esos polos opuestos: "Ciertamente, lo oculto y lo manifiesto se generan el uno al otro. Dificultad y facilidad se complementan entre sí. Lo largo y lo corto ponen de manifiesto a su contrario. Alto y bajo establecen la medida mutua. La voz y el sonido entre sí se armonizan. El atrás y el delante se suceden mutuamente".

Según las filosofías antiguas chinas los acontecimientos del universo visible e invisible son producto de estas dos fuerzas dinámicas, contrarias pero complementarias. El Yin "陰" y el Yang "陽" coexisten en armonía y equilibrio, formando una unidad en constante cambio. En el universo todo tiene una naturaleza dual, el equilibrio entre ambas fuerzas es esencial para el funcionamiento correcto de los aspectos de la vida. Cuando aparece un desequilibrio se producen alteraciones que deben ser corregidas. Se puede observar a menudo como la naturaleza se encarga de pasar de un extremo a otro mediante la transformación de este en su opuesto. En el cuerpo humano ese desequilibrio se traduce en las alteraciones del Qi o fuerza vital. Cuando el Qi está equilibrado se goza de buena salud, mientras que cuando surgen los desequilibrios, el fluir de este por el cuerpo se bloquea y aparecen las enfermedades.

El Qi nace de conceptos filosóficos como el taoísmo, el budismo, el yoga o el zen. Según los practicantes de ciertas disciplinas el Qi puede ser controlado y utilizado, aumentándolo, acumulándolo y distribuyéndolo por el cuerpo mediante determinadas técnicas de trabajo interior. También se afirma desde la medicina tradicional china que se podrían mejorar o sanar ciertas enfermedades mediante el libre flujo del Qi por el cuerpo humano. Sin embargo desde determinados sectores de la medicina occidental no se admite el concepto del Qi como real pues se dice que no resulta medible, y sus efectos pueden ser explicados como sugestión.

Este Qi que fluye por el cuerpo se encuentra emplazado en el bajo vientre o Xia Dan Tian y desde ahí circula por el organismo a través de los canales llamados meridianos. El Qi nutre el organismo, lo defiende y lo limpia. Tiene una componente congénita transmitida de padres a hijos “Shui Qi” y otra componente que se adquiere del aire y los alimentos “Huo Qi”. Para que el organismo se mantenga saludable es necesaria la circulación del Qi sin obstrucciones. La herramienta principal para el conocimiento del Qi es la respiración. Algunas de las causas que pueden bloquear el fluir del Qi son: la forma de vida y alimentación poco saludables, la falta de energía para repeler agresiones exteriores, los accidentes, las tensiones emocionales....

Mediante determinados ejercicios de respiración, de los movimientos de la práctica del Tai Chi y de la meditación, se llegan a corregir estos desequilibrios del libre fluir del Qi por el cuerpo. Estos ejercicios son denominados como "Nei Gong" o trabajo interno y sirven para alimentar, aumentar y fortalecer el Qi, así como también el espíritu "Shen". Se aprende a usar la intención “Yi” 意 mediante la mente, para poner en movimiento el Qi, que a su vez mueve el cuerpo. Mediante la práctica del Tai Chi el Nei Gong se ejercita sobre todo en el Dan Tian inferior y de ahí se distribuye por todo el cuerpo.

Se constituyen una serie de principios o técnicas durante la práctica del Tai Chi que son comunes independientemente del estilo practicado y de su aplicación marcial o terapéutica y algunos coinciden con otras formas de trabajo interno:

Estructura corporal: Relajar el pecho, estirar la espalda, relajar la cintura, asentar la cadera y redondear el coxis.

Respiración: Asentar el Qi en el Dan Tian “丹田”, centrar la intención en el Dan Tian y respirar con Dan Tian.

Intención “Yi”: Usar la mente y no la fuerza muscular, guiar el Qi con la intención y producir el movimiento con este.

Movimiento: Mover todo el cuerpo sin dejar ninguna parte quieta, distinguir entre lo lleno y lo vacío, continuidad sin interrupciones, unir el interior y el exterior, mantener la mente en calma pese a estar en movimiento.

El Tai Chi se ha practicado en oriente desde hace cientos de años como sistema de defensa y terapéutico y hoy en día después de muchos estudios médicos en distintos campos se han podido demostrar sus beneficios para la salud física y mental, empezando a ser recomendada su practica en occidente como terapia medica para muchos tipos de enfermedades. Con la práctica del Tai Chi se aprende a respirar, a concentrarse, a conectar cuerpo y mente, a relajarse, a conocerse interiormente consiguiendo así restituir la energía vital o Qi. También para el que profundiza en sus aspectos filosóficos llega a convertirse en una forma de interpretar la existencia y de armonizar con ella en cada uno de sus movimientos.