El Qi (Chi)

La palabra “Qi”(pronunciada Chi) es un término de difícil traducción pues no existe en occidente un equivalente exacto, aunque se puede relacionar con varios conceptos, que permiten una aproximación a su significado. Es sin embargo un término muy empleado en antiguos textos chinos y de otros países de extremo oriente que versan sobre medicina tradicional, “Feng Shui”, esoterismo y artes diversas. Para su definición es más apropiado hablar de varios conceptos relacionados entre los que se encuentran la respiración, la energía que circula por el cuerpo de los seres vivos, los nutrientes de la comida y el agua, etc. Otras acepciones que se le pueden dar al concepto del “Qi” serian: aire, espíritu, moral, fuerza, etc. De acuerdo con estas definiciones se podría describir el “Qi” como una energía que nutre y sostiene todo lo que nos rodea y que en los seres vivos la interrupción de su libre flujo es la base de los trastornos físicos y psíquicos, es decir que sin “Qi” no es posible la vida.

Este concepto del “Qi” no es admitido por gran parte de la medicina y la ciencia occidental pues para ellos es un fenómeno inmaterial que no resulta medible mediante ningún dispositivo. Definiciones orientales más modernas relacionan el “Qi” con lo que la ciencia llama bioelectricidad, pues en muchos estudios publicados sobre esta, los resultados obtenidos se podrían relacionar con las experiencias que se notan en entrenamientos de artes marciales internas (Tai Chi, Qi Gong, etc.) y en la medicina tradicional china. Entre los enfoques que da la ciencia occidental y el punto de vista oriental sin embargo aparecen ciertas similitudes sobre el concepto del “Qi” como por ejemplo que ambos comparten el "principio de minimización de la energía" para la realización de cualquier proceso natural, que la energía humana no es ajena al entorno que lo rodea, etc. La diferencia puede estar en que la ciencia oriental se ha basado en la observación, los métodos empíricos y la descripción de efectos y sensaciones y en la occidental en la experimentación, las teorías y la realización de mediciones.

Bajo un concepto filosófico el “Qi” encaja en el modelo vitalista, pues este postula la existencia de una fuerza o impulso vital sin el cual la vida no puede ser explicada. Para el vitalista este impulso vital, distinto de la energía estudiada por las ciencias, daría por resultado la vida. Los organismos vivos se distinguen de las entidades inertes porque poseen fuerza vital que no es ni física, ni química y la muerte sería el resultado de la pérdida de este impulso vital. Para los chinos el “Qi” o “fuerza natural que llena el universo”, existe en todas las cosas, grandes o pequeñas y se encuentra en el cielo, la tierra y en todos los seres vivos interactuando y transformándose entre sí continuamente. Esta fuerza que llena el universo se divide en:

- El Qi celeste “Tian Qi”: Procedente del sol, de la luna y los cuerpos celestes. Es el “Qi” más grande y potente.

- El Qi terrestre “Di Qi”: Constituido por todo lo que se encuentra en la Tierra. Situado bajo el “Qi” celeste, lo absorbe y es influido y controlado por el.

- El Qi de los seres vivos “Ren Qi”: “Qi” de las personas, animales y plantas. Comprende todas las actividades metabólicas del cuerpo como la respiración, la digestión y el movimiento. Es influenciado por los ciclos naturales del “Qi” celeste y el “Qi” terrestre.

El “Ren Qi” de los seres humanos es una sustancia invisible en constante movimiento y constituye la fuerza motriz para el cuerpo. Se subdivide en el “Qi Innato o Prenatal” y el “Qi Adquirido o Postnatal”. El “Qi Prenatal” es el que se recibe de la madre y el padre en el momento de la concepción, y constituye la energía inicial de las actividades vitales. El “Qi Postnatal” es el que se adquiere por medio de la respiración y los alimentos. El “Qi” que procede de los alimentos ingeridos “Gu Qi” esta asociado en la medicina tradicional china al bazo, mientras que el “Qi” procedente del aire respirado “Kong Qi” es asociado a los pulmones. La combinación de estos dos “Qi” forman el “Qi” aglutinado “Zong Qi” que finalmente por la acción del “Qi Prenatal” forma el “Qi Normal” o “Ren Qi” que es el que circula por los órganos y los canales llamados meridianos.

Para el buen funcionamiento de la energía vital del cuerpo es necesaria una buena complementariedad de los “Qi” Prenatal y Postnatal. El “Qi Prenatal” representa una reserva de energía que requiere ser mantenida, complementada y equilibrada por medio del “Qi Postnatal”. Cuando el “Qi Postnatal” es insuficiente, se complementa de esa reserva de energía del “Qi Prenatal” lo cual disminuye la esperanza de vida. De aquí la importancia de la tradición Taoísta de dar cultivo al “Qi” para tener buena salud y longevidad. Para el constante cultivo y mejora del “Qi” en oriente disponen de varios métodos, como las artes marciales internas, la meditación, el “Feng Shui”, el equilibrio a través de los alimentos, la acupuntura, etc. Los practicantes de ciertas disciplinas internas, afirman que se puede controlar y utilizar esta energía, a través de diversas técnicas, aumentándola, acumulándola y distribuyéndola por todo el cuerpo. También se podrían llegar a curar las enfermedades con el libre fluir del “Qi” por el cuerpo mediante el uso de la acupuntura, el “Reiki” y otras terapias internas.

Para el practicante de “Feng Shui” el “Qi”, alude a la existencia de un fluido invisible que nutre el espacio dotándole de vida y de ciertas características. Este practicante puede determinar la calidad, organización y distribución de esta energía en un espacio particular (en las orientaciones, las formas, los colores, etc.) encontrando sus aspectos positivos y benéficos “Sheng Qi” y negativos o poco favorables “Sha Qi” que hay en el y las posibilidades de su uso. Un lugar con un “Feng Shui” positivo facilita que las personas se sientan bien y en armonía con sus vidas, pero un “Feng Shui” negativo, puede facilitar la enfermedad, la falta de entendimiento y la falta de armonía entre otras cosas.

En la mayoría de los sistemas de terapias internas orientales, se realizan determinadas técnicas mentales y respiratorias para el conocimiento, regularización y potenciación del “Qi”. La herramienta principal para ese conocimiento es la respiración. Mediante el trabajo con la respiración el cuerpo entra en estado de tranquilidad, condición favorable para que la mente ayude en los ajustes energéticos del cuerpo y por tanto en la cura. El “Qi” almacenado en el Dan Tian es movilizado a través de dos meridianos de acupuntura que dividen el cuerpo en dos partes iguales (el vaso gobernador o “Jen Mo” y el vaso de la concepción o “Da Mo”) siguiendo un sentido ascendente y de forma continua y en determinados puntos del mismo se conectará y regulará en los dos circuitos mayores de 12 meridianos que simétricamente y paralelamente se extienden a lo largo del cuerpo.

Todo ser humano posee “Qi”, pero no todos son capaces de detectarlo. Es mediante el uso de las técnicas respiratorias, la meditación, las artes marciales internas, como se puede llegar a sentir y manejar la energía vital. Algunas manifestaciones del “Qi” pueden ser en forma de cosquilleos, hormigueos, calores, aumento de la energía, etc. Hay muchas sensaciones que lo expresan y cada persona debe experimentarla por si misma hasta llegar a obtener esa conexión con el impulso vital y con una conciencia de vida, que recorre el cuerpo.