La acupuntura

La acupuntura es junto a la moxibustión, el masaje Tui Na, la ventosaterapia, la fitoterapia, la dietética, los ejercicios físicos y la meditación, parte integrante de la llamada medicina tradicional china, desarrollada a lo largo de su evolución cultural milenaria. Se trata de una técnica que consiste en la inserción y manipulación de distintos tipos de agujas a través de la piel en puntos precisos del cuerpo, a profundidades bien determinadas, con el objetivo de restablecer la salud del paciente. Al igual que las otras modalidades de la medicina tradicional china, la acupuntura es sobre todo una terapia preventiva. Dado que los estudios científicos no han podido determinar completamente como actúa la acupuntura en el cuerpo humano, es fuente de controversia dentro de la medicina occidental, lo que no ha impedido su popularización a nivel mundial siendo en la actualidad utiliza en al menos 78 países. Además han sido publicados informes de investigaciones sobre su eficacia clínica en el tratamiento de diversas enfermedades en prestigiosas revistas científicas. Desde 1979 diversos ensayos clínicos reconocen la acupuntura como método eficaz para el tratamiento de al menos 49 enfermedades, ampliándose esta lista actualmente por recientes investigaciones. La “Organización Mundial de la Salud” (OMS) ha trabajado con expertos en acupuntura para proponer una nomenclatura internacional estándar, así como en el desarrollo de guías sobre la formación y seguridad en acupuntura. En estas guías la “OMS” anima a la aceptación de esta disciplina por parte de la medicina moderna. En el año 2010 la “Unesco” declaró a la acupuntura junto con la moxibustión chinas como “Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”.

Se desconoce el origen exacto de esta técnica, pero se tiene constancia de su practica en la antigua China hace más de dos mil años antes de nuestra era. La acupuntura esta muy influenciada por la filosofía Taoísta que concibe el macrocosmos (universo) y el microcosmos (cuerpo humano) como un todo que se relaciona entre sí. Esta basada en la globalidad del organismo, en las teorías de los cinco elementos “Wǔ Xíng” “五行” y del “Yin-Yang”, así como en el concepto del “Qi” “气” o energía vital que recorre el cuerpo humano por los llamados meridianos. La teoría del “Qi” propone que este regula el equilibrio cuerpo-mente y que la enfermedad se produce cuando se pierde ese equilibrio y su correcto fluir por el cuerpo. El restablecimiento del mismo es cuanto se propone el médico chino para devolver las condiciones de salud en un determinado individuo.

Cada meridiano que recorre el cuerpo es en realidad un par de canales idénticos pero invertidos (uno a cada lado del cuerpo) en donde un extremo del canal esta asociado a uno de los doce órganos y el otro extremo esta conectado a uno de los dedos de las manos o de los pies. Hay otros canales de “Qi”, también conectados con los órganos, que salen de los canales principales para distribuir la energía por todo el cuerpo, desde la zona exterior como la piel, las uñas y el pelo, hasta las zonas internas como la médula ósea o los glóbulos. Los distintos órganos se agrupan en dos categorías funcionales respectivamente: de carácter Yin o internos y de carácter Yang o externos. De los seis órganos Yin cinco son denominados vísceras “Zâng” “臟”: hígado, corazón, bazo, pulmones y riñones. El sexto órgano es el pericardio. Los seis órganos Yang reciben el nombre de tripas “Fu”: vesícula biliar, intestino grueso, intestino delgado, vejiga, estómago y el triple calentador. Los distintos órganos se agrupan en dos categorías funcionales respectivamente: de carácter Yin y de carácter Yang, estableciéndose una relación Yin-Yang entre ellos pues forman parejas cuyos canales son secuenciales entre si y sus funciones están estrechamente relacionadas, en donde la enfermedad de uno suele afectar al otro. Los órganos se subdividen a su vez para permitir distinguir distintos niveles Yin-Yang, así se denominan: órganos Yin mayores, menores y absolutos y órganos Yang mayores, menores y de brillo.

La medicina china establece, además de los doce canales principales (o meridianos), ocho vasos extraordinarios como parte del sistema de canales ya que comparten la función de hacer circular el “Qi” por el cuerpo. Si bien los canales son vistos como ríos de “Qi”, los vasos extraordinarios son considerados como depósitos, que absorben el exceso de “Qi” y luego lo devuelven cuando este es escaso en los meridianos. Estos vasos extraordinarios son ramificaciones de los doce canales primarios formando una red compleja de interconexiones entre ellos además de tener sus propias funciones. Sin embargo de esos ocho vasos solo dos (vaso gobernador y vaso de la concepción) destacan en importancia dentro de la medicina china ya que sobre los otros seis no se tienen hoy día suficientes conocimientos sobre su funcionamiento. Muchos médicos denominan a los meridianos de los ocho vasos como “meridianos extraños” ya que se relacionan sus funciones con la parte psíquica y del carácter. Los puntos “Xué” “穴” de acupuntura repartidos por los doce canales y los ocho vasos extraordinarios varia de unas obras a otras. Se consideran mas de setecientos puntos, sin embargo el numero de ellos que desempeñan un papel mas importante se reduce sobre unos ciento treinta.

En coexistencia con los diversos órganos existe sobre la superficie del cuerpo un fluir de corrientes que siguen trazados precisos y constantes con el mismo signo, Yin o Yang, que los órganos a los que se refieren, y que experimentan variaciones de intensidad en el transcurso de las veinticuatro horas del día, de las distintas estaciones del año, del tiempo atmosférico, de la humedad, de la fase lunar, etc… Estos canales no siguen ninguna estructura anatómica conocida, surgen en realidad de la unión de puntos cuya estimulación tiene efectos precisos sobre la función orgánica que está en relación con ese meridiano, posibilitando su modificación cuando se encuentre patológicamente alterada. Mediante la inserción y manejo de finas agujas en los citados puntos de cada meridiano se pretende reequilibrar a voluntad la energía trastornada en el órgano afectado. La forma de operar dependerá del desequilibrio del “Qi”. Se tienen así “puntos aceleradores” que sirven para estimular un determinado órgano, “puntos de frenado” que sirven para sedarlo y “puntos surgentes” que regulan su acción en uno u otro sentido.

Antes de proceder con el uso de las agujas, el medico debe hacer un diagnóstico de la enfermedad, lo cual se lleva a cabo mediante la observación del estado general del paciente, (depresivo, agitado, postrado…), de los síntomas (vascularización de la piel y mucosas visibles, temperatura corporal…) así como de determinadas partes del cuerpo como los ojos, lengua o abdomen. Uno de los factores mas determinantes en el examen medico es el pulso del paciente pues los chinos distinguen varios, cada uno de los cuales se corresponde con un órgano determinado. Se consideran tres pulsos sobre la arteria radial de la derecha y tres sobre la radial de la izquierda. Además, cada pulso puede ser palpado superficialmente, en profundidad, o a un nivel intermedio. Para un médico experimentado la toma de los pulsos podría permitirle, por sí solo, la determinación del diagnóstico, pues sus características son indicadoras de las condiciones en las que un órgano puede encontrarse patológicamente. Alcanzar un diagnostico preciso resulta esencial, pues de ello dependerá la terapia a realizar sobre los órganos afectados, con el fin de restaurarlos a sus condiciones primitivas actuando sobre los puntos del meridiano correspondiente mediante agujas específicas.

La energía “Qi” que recorre los doce canales fluye según direcciones determinadas. Desde arriba hacia abajo para la energía Yang (6 canales) e inversamente para la Yin (otros 6 canales). De igual modo los meridianos Yang fluyen sobre la superficie externa de los órganos y miembros y los Yin sobre la superficie interna. El camino interno tiene su origen en el órgano y se conecta a la ruta externa en el punto de acupuntura. El camino externo finaliza en la terminal del punto de acupuntura y es conectada a otra ruta interna, llevándola de regreso al órgano de origen, convirtiendo el meridiano en un circuito cerrado. La medicina china también cataloga las enfermedades como Yin o Yang. La enfermedad Yang es de rápido surgimiento, con síntomas imponentes y proceso rápido, mientras que la enfermedad Yin presenta síntomas poco evidentes y proceso lento. También pueden presentarse combinaciones de ambas. Una vez diagnosticado el tipo de enfermedad y considerando su duración así como la edad y constitución del paciente y los factores ambientales del momento, el medico establecerá la profundidad y duración de las punzadas con las agujas.

En acupuntura se usan medidas orientativas que son proporcionales a las dimensiones corporales del paciente. Las distancias se determinan mediante referencias anatómicas como los dedos de las manos o de determinadas partes del cuerpo y cuya unidad básica es denominada “Tsun”. Para reducir el dolor y las posibles complicaciones se hace imprescindible una posición cómoda y relajada del paciente, que deberá cambiar de postura en el caso de que en una misma sesión se deban tratar zonas distintas del cuerpo. Existen diferentes técnicas de punción como: punción tensando la piel, punción guiando la aguja con la otra mano, punción con la piel pinzada, punción presionando con la uña o punción con catéter. La profundidad de la aguja dependerá de la región anatómica en la que se inserte, de la edad, constitución y reacciones que experimente el paciente, así como del cuadro patológico que presente en ese momento. La dirección de la punción también dependerá de las características topográficas del punto en el que se actúe. En un mismo punto son posibles distintos tipos de ángulos de punción: vertical, oblicua y horizontal. Si se ha actuado correctamente sobre el punto de acupuntura en profundidad y dirección, el paciente experimentara una sensación diferente al simple dolor de la punción (hormigueo, calor, pesadez…). Una vez esta colocada la aguja se utilizan diferentes técnicas para producir los efectos deseados. El giro de la aguja en amplitud reducida y frecuencia elevada es usado como técnica de tonificación. Un giro de gran amplitud y frecuencia reducida como técnica de dispersión. Elevar y hundir la aguja a poca profundidad se considera como técnica de tonificación y al revés como técnica de dispersión. También se emplean otras técnicas como hacer vibrar la aguja, hacer la punción en sincronía con la respiración del paciente o hacer la punción a favor o en contra del meridiano.

En el uso de las agujas también queda reflejada la teoría del Yin-Yang pues se emplean distintos tipos de metales cuya acción es considerada como excitante, en el caso de los metales amarillos o solares (como el oro) o sedante en el caso de metales blancos o lunares (como la plata). En sus orígenes las agujas que se utilizaban se hacían con espinas, cañas de bambú, piedra o esquirlas de madera. Hoy día se trabaja con agujas de metal, normalmente de acero inoxidable, que vienen en recipientes estériles y son de un solo uso, ya que su coste es inferior al oro o la plata. Para algunos esto hace disminuir la eficacia del tratamiento. Las agujas de acupuntura constan esencialmente de un palito fino que termina por un extremo en una punta afilada y por el otro en un refuerzo que facilita la manipulación. Son mucho más finas que las utilizadas en las inyecciones y además sólidas, no huecas. Su grosor, forma y longitud son variables, dependiendo de la zona a tratar. Aparte de las agujas filiformes existen otros tipos de aguja especificas para actuaciones determinadas como son: la aguja de tres filos (aguja gruesa de cuerpo triangular indicada para extraer sangre) , aguja de flor de ciruelo (se trata de un grupo de siete agujas filiformes juntas en forma de flor y sujetas a una cabeza de martillo con un mango largo) , agujas intradérmicas (muy finas y cortas, se utilizan a menudo en los oídos), agujas de presión (indicadas para cuando el lugar a tratar debe ser estimulado durante largos períodos de tiempo).

En la China actual la acupuntura ocupa aún un lugar relevante en el marco de la medicina tradicional siendo materia de estudio en las universidades. Su éxito dependerá de un acertado diagnostico, de la correcta elección de los puntos sobre los que se debe actuar, de la elección adecuada del tipo de aguja y de la forma en que estas deben ser aplicadas. Para los chinos la vinculación indivisible que hace la medicina tradicional china del punto de vista macrocósmisco y microcósmico, hacen de ella la mas personalizada de todas las medicinas que existen, pues tiene en cuenta , además de la enfermedad que sufre el paciente, los factores ambientales e individuales, los psíquicos y físicos que determinan al individuo enfermo. Considerando todos esos factores y la posibilidad que existe de modificarlos en un sujeto determinado, permite desarrollar una verdadera acción médica preventiva.